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Flamenco o zumba. No es necesario ir a una fiesta para que muestres tus talentos en la pista. Bailar es una actividad tan estimulante y divertida que puedes practicarla cuando lo desees. Además de mejorar tus pasos para cuando toque irse de marcha, mover el cuerpo al ritmo de la música te regala múltiples beneficios, incluido despedirte de esos kilos demás.
Está comprobado que bailar regularmente mejora la salud, fortalece los músculos, perfecciona la coordinación y el equilibrio. Adicionalmente, reduce el estrés, estimula la memoria y disminuye la posibilidad de sufrir demencia. Por si fuera poco, también adelgaza y mucho. Claro, no todos los tipos de baile queman la misma cantidad de calorías. Si quieres bajar de peso la zumba y el flamenco se encuentran en las primeras posiciones.
Si para los géneros del flamenco o zumba tienes dos pies izquierdos no pasa nada. Apuntarse a clases de estas modalidades es muy sencillo (en toda España abundan y están de moda). En ellas aprenderás, conocerás otras personas y lo más importante, en poco tiempo tendrás la figura que tanto deseas.

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Lo ideal, para usar el baile como entrenamiento, es practicarlo por una hora al menos unas tres veces a la semana. En cada sesión de zumba se pueden quemar unas 600 calorías. Por su parte, con el flamenco se estima una quema calórica de 300. Nada mal para ayudarte en tu régimen de adelgazamiento.
Una de las ventajas de bailar para perder peso es que resulta perfecto para quienes se aburren en el gimnasio o no les agrada el deporte. Sin embargo, el baile es equivalente a practicar el footing o el ciclismo. Lo mejor es que dejarse llevar por el ritmo y la música contagia de alegría a cualquiera. Es por ello que es más factible que no se abandone la actividad y se mantenga a largo plazo. En nuestra mente le asociamos con un pasatiempo y no con un entrenamiento.
Ahora, ¿qué baile escoger? Cada uno tiene sus particularidades. En apariencia son muy distintas, pero tanto la zumba como el flamenco trabajan de manera activa los músculos y requieren de movimientos ágiles. Con la zumba hay más contacto grupal, algarabío y la música es más variada. Casi todos los centros deportivos o salones de baile lo ofrecen. El estímulo muscular es parejo y se suda muchísimo en una sesión.

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Por su parte, el flamenco puede ser más controlado en movimientos pero no en dificultad. Este género es fabuloso si se quiere prestar especial atención a los brazos y piernas. Los abdominales también se fortalecen, tanto como los muslos, bíceps y gemelos. Para apuntarte a una clase puedes probar en las diferentes academias del mercado. No será necesario que tengas que esperar una feria de Abril en Sevilla para que tus huesos se sacudan con esta danza tan apasionada.