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La ansiedad muchas veces suele ser confundida con el estrés. Ambas tienen similitudes pero no son lo mismo. El estrés es una sensación común ante determinadas situaciones que se nos escapan de las manos. Lo bueno es que cuando esa situación desaparece el estrés también y volvemos a nuestro estado natural.
La ansiedad solemos experimentarla anticipadamente ante eventos desconocidos. En esos casos sentimos temor o inseguridad. No se considera negativa del todo, en ocasiones (según los expertos en salud mental) nos impulsa a asumir retos o a adaptarnos a ciertos acontecimientos. La ansiedad se convierte en un problema cuando permanecemos en ese estado.
La ansiedad persiste cuando ocurre o no el hecho que la causó y seguimos con temor a lo que pasará. Nos sentimos angustiadas por cualquier motivo. Este trastorno afecta a muchas personas y ni siquiera saben que lo padecen.
La ansiedad puede llevarnos a situaciones extremas. Para soportarla muchas se refugian en vicios como las drogas o el alcohol. Estos vicios empeoran la realidad y pueden ocasionar síntomas depresivos.

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Ahora, ¿cómo puedes identificar si estás sufriendo de ansiedad? Presta atención a tus reacciones ante situaciones que te causan inquietud. Aquí te dejamos los síntomas más comunes:
1-Las reacciones psicológicas. Miedo y preocupación excesiva ante situaciones comunes. Poca concentración, pensamientos negativos constantes, inseguridad y dificultad para tomar decisiones.
2-Las respuestas del organismo. Sudoración, cansancio, taquicardia, respiración acelerada, dolores de cabeza, dificultad para dormir, disminución del deseo sexual, malestar digestivo y /o cansancio constante.
3-Las reacciones conductuales. Aspecto facial de preocupación, inquietud que lleva a morderse las uñas y dificultad para estar sentado. Sensación de picor en la piel que lleva a rascarse descontroladamente.
A lo largo de nuestra vida ocurrirán situaciones o dificultades inesperadas. Cada persona es distinta y su reacción ante algún evento puede alterar o no su estado de ánimo. Lo cierto es que existen varias recomendaciones para evitar padecer de la “mala ansiedad”.

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Toma nota para que puedas prevenir pasar de una ansiedad natural a una extrema:
- Aprende técnicas de relajación.
- Realiza alguna actividad física como caminar, manejar bici, nadar, hacer ejercicio, etc.
- Practica yoga o meditación. Son excelentes para combatir el estrés y la ansiedad.
- Cuida tu alimentación.
- No te sobrecargues de tareas o proyectos. Delega o pide ayuda.
- Cuando aparezca un pensamiento negativo transfórmalo y visualízalo en positivo.
- Descansa y procura dormir lo suficiente.
- Cuida tu recreación. No todo es trabajo u obligaciones.
- Asiste a grupos terapéuticos. Son de mucha ayuda para drenar pensamientos.
- Si notas que estás ansiosa con frecuencia y sin explicación razonable, no dudes en buscar ayuda profesional.