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Estrías. Cuando experimentamos cambios bruscos de peso o estiramientos en nuestra piel, aparecen unas molestas líneas delgadas o gruesas. Estas marcas, que inicialmente suelen ser de color rojizo y luego blanco, con apariencia similar a una cicatriz se llaman estrías. Aparecen generalmente en los muslos, glúteos, abdomen, mamas o brazos.
En la mayoría de las mujeres las odiadas estrías surgen durante la gestación. Sin embargo, hay otros factores que influyen y que no tienen que ver con ser madres. Por ejemplo, un déficit de nutrientes o el consumo excesivo de bebidas oscuras como la cafeína, gaseosas o té nos hacen propensas a padecerlas.
Para que tu piel se vea siempre saludable te damos unos consejos que ayudan a prevenir o reducir las estrías:

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Llevar una dieta equilibrada. Es clave ingerir comidas que contengan antioxidantes naturales como el zinc que contribuyen en la formación de colágeno. Alimentos como carnes rojas, huevos, mariscos, hígado, pollo y pavo son ricos en este mineral. También, no está demás consumir vegetales con vitaminas A, C y D que son muy beneficiosos para la piel.
Mantener la piel hidratada. Este punto es vital. La hidratación favorece la elasticidad de nuestra piel. La forma más natural y efectiva de lograr este beneficio es que bebamos mucha agua. Para facilitar la tarea lleva contigo una botella de agua a donde sea que vayas, esto evitará que te inclines por bebidas azucaradas (que deshidratan la piel) cuando sientas sed y además creas un hábito saludable. Sencillo, ¿no?
Usar cremas o aceites naturales. Elige el horario en el que estés más tranquila, ya sea al iniciar o terminar el día, y regálate diariamente un masaje corto en el cuerpo. Usa productos que contengan ingredientes naturales como rosa mosqueta, aceite de aguacate o aceite de almendras. Te sentirás relajada mientras contribuyes a que la piel tenga un aspecto radiante e hidratado. ¿Quieres ayuda profesional? Geneva tiene tratamientos corporales fabulosos para escoger.

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Realizar ejercicios. Si la meta es perder peso, evita hacerlo de forma radical y en muy poco tiempo. Hacer ejercicios como parte de la rutina ayudará a conseguir el peso ideal de forma progresiva. Y si a esto sumas el alimentarte saludablemente evitarás el efecto rebote. Vale, hay que tener paciencia y no recurrir a métodos “milagrosos”.
Exfoliar la piel. Este proceso estético también debe formar parte de la rutina del cuidado de la piel. Al eliminar piel muerta ayudamos a una mejor absorción de las cremas y aceites. También, se estimula la circulación sanguínea.
Usar protector solar. Es vital cuidar la piel de prolongadas exposiciones al sol. Si se va a la playa o la piscina hay que extremar los cuidados. Al poner un pie fuera de casa hay que colocarse un bloqueador solar de alta protección, incluso durante el invierno.