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Nuestra piel requiere de un mimo y cuidado constante para verse hermosa. La exfoliación es un recurso genial para mejorar de inmediato su textura, destapar los poros y limpiarla. Como siempre, este proceso es mejor dejarlo en manos de los expertos, pero en casos donde nos apura el tiempo, hay productos que tenemos en casa y que pueden ayudarnos con esta tarea.
Lo primero, antes de ir a asaltar la despensa, es asegurarse de no ser alérgica al producto que usemos para la exfoliación. Luego, procura tener todos los ingredientes a mano para preparar el exfoliante casero. Finalmente, para sentirse un poquito como en el spa de Geneva, no está demás encenderse una vela aromática y colocar música relajante mientras aplica la mascarilla y espera a que haga efecto.
El primer producto casero más recomendado es el café. Es el rey de los exfoliantes naturales. Sus finos granos molidos desincrustan los poros, tienen un efecto estimulante, iluminador y hasta antiinflamatorio en la piel. Para usarlo basta con añadir una cucharada de café molido a la crema limpiadora. Lo siguiente será aplicarla con movimientos suaves y circulares. Sirve tanto para el rostro como para el cuerpo.

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El azúcar moreno es otro ingrediente con propiedades exfoliantes. Debes emplearla de la misma forma que el café: una cucharada en la crema limpiadora. Lo que sí hay que prever es que el grano del azúcar suele ser más grueso y por tanto más agresivo con la piel. Lo mejor es que solo se use en el cuerpo, especialmente en las áreas más duras como codos, rodillas y talones de los pies.
Ahora, si de suavidad y delicadeza se trata, este preparado casero para exfoliar es alucinante. Es ideal para las pieles más delicadas o envejecidas. Para elaborarlo mezcla media taza de avena molida, dos cucharadas de leche en polvo y una cucharadita de maicena. Añade agua poco a poco hasta que se forme una pasta. Finalmente, aplica con masajes suaves en el rostro y el cuello.
Para las que sufrimos de poros abiertos, esta mezcla es milagrosa. Se elabora con sal de mesa y suero de leche (buttermilk). A media taza de sal se le agrega el suero hasta que se haga una pastita. Para aplicarla hay que humedecer el rostro y luego con los dedos colocarla en la piel con masajes circulares. Los poros se reducirán de inmediato.

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En todos los casos que mencionamos es muy importante aplicar con delicadeza el producto para la exfoliación en la piel. Frotar de forma violenta puede causar irritación y enrojecimiento cutáneo. Todas las mascarillas exfoliantes deben aplicarse con suaves masajes circulares. Luego, se deben dejar actuar por unos 5 minutos. Para culminar con éxito se aclara el cuerpo y el rostro con abundante agua tibia.