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En culturas como la japonesa la belleza es una simbiosis de espíritu, cuerpo y mente. Vernos bellas, pasa por también sentirse pleno, en paz y armonía. Estos preceptos son parte de la llamada filosofía zen. Se trata de un método para entrenar espiritualmente y este se refleja en todos los aspectos de la vida, incluido el cuidado físico.
El mundo occidental ha tomado varios de los trucos de belleza y cosmética de los nipones. Estos muchas veces, se asemejan más a un ritual, pues son parte de su estilo de vida y se toman el tiempo necesario para su práctica. Es por ello que si queremos vernos con una piel hermosa y un cuerpo estilizado, lo principal será tomar conciencia de nuestros actos.
Podremos decírtelo hasta el cansancio, pero nunca está demás. Para verse y sentirse genial es fundamental realizar ejercicios físicos y mentales, comer de manera balanceada y cuidar de nuestro aspecto con productos y tratamientos que atiendan nuestras necesidades. Adicionalmente, lo zen apuesta por lo natural, con hacer uso de lo que nos brinda el entorno.

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La ciencia ha descubierta la efectividad de muchos de los ingredientes japoneses que se usan para el cuidado personal. Es por ello que diversas marcas de cosméticos hacen uso de ellos. Aunque la mejor manera es usarlos, consumirlos o aplicarlos directamente, existen alternativas en el mercado para incluirlos en el día a día. Entre los ingredientes más destacados están: aceite de soja, algas, té verde, aceite de camelia, arroz, flor de loto y el bambú.
Entre los procesos fundamentales de la belleza zen se destaca la limpieza y exfoliación permanente. Si exfoliamos la piel está preparada para recibir los nutrientes que requiere. Una receta inspirada en Japón es triturar en un molinillo dos cucharadas de judías azuki secas y mezclar con dos cucharaditas de nata líquida. Frotar suavemente en el cuerpo y la cara con los dedos o un cepillito. También, para exfoliar se puede usar caña de bambú micronizada.

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El uso de aceites naturales es otra práctica común en la estética oriental. Los emplean tanto para la piel como para el cabello. La intención es darles una hidratación profunda y así conseguir un brillo y suavidad alucinantes. En este apartado destacan los aceites de flor de loto, camelia, arroz (se consigue de la cáscara) y soja.
Los baños son parte de todo un ritual de belleza física y espiritual zen. Los balnearios japoneses son súper famosos. Con ellos no se busca la función principal de limpiarse, sino de mimarse, relajarse, embellecerse y conectar con el interior. Prueba tomar este tipo de baño una vez a la semana. Llena tu bañera o tina con agua caliente y añade un litro de una infusión de té verde.