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Limpieza del rostro. Librarte de impurezas, suciedad y bacterias es la base para lucir un rostro radiante y hermoso. Es tal la importancia del primer paso de la rutina de belleza, que existen varias formas de abordar la limpieza y el desmaquillado del cutis. Si estuviste de fiesta por la temporada, no olvides este paso fundamental para cuidar tu piel al volver a casa.
En este sentido, las asiáticas llevan la batuta y han influenciado al resto del planeta sobre el valor que se debe dar al lavado de la cara. La limpieza del rostro aunque parezca sencilla no siempre se hace de la manera correcta. Aquí te damos sus recomendaciones.
Entre las normas se encuentran jamás usar agua caliente, pues agrede la estructura de tu piel que puede acabar enrojecida y flácida. No usar jabón, sino un limpiador suave pues, los lípidos que se liberan durante la noche equilibra el ph. Otra regla que no debes olvidar es no restregar la cara con la toalla cuando la seques. Hay que hacerlo con toquecitos suaves.

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El producto que usas también es determinante. Las japonesas aseguran que el masaje kobido estimula los nervios faciales y es la mejor forma de eliminar impurezas. Las coreanas, por su parte, usan las esponjas de konjac, capaces de una exfoliación profunda.
La máscara y el eyeliner son los químicos más difíciles de eliminar de un maquillaje. Para removerlo recomiendan productos específicos y bifásicos. Estos últimos son una mezcla de agua floral y aceite limpiador, que hay que agitar siempre antes de usar.
Los bálsamos para limpieza poseen un nivel de agresión cero. Son emolientes, con fórmulas nutritivas que se transforman sobre la piel. Se masajean con suaves movimientos circulares y sin apretar. Son capaces de arrastrar toda la suciedad delicadamente.

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Anímate a usa las aguas micelares. Su potencia de acción se basa en las micelas, unas moléculas diminutas con forma de burbujas que actúan como imanes: atraen la suciedad, que se queda pegada a ellas. No hay que frotar, solo se requiere apretar ligeramente un algodón empapado en el producto contra la piel.
Las espumas y leches limpiadoras son perfectas para usar en pieles sensibles, maduras y secas. Arrastran la suciedad sin maltratar o irritar. Las leches contienen una base de aceites suaves para mantener el equilibrio dérmico.
Si por el contrario quiere algo más fuerte use los exfoliantes o aceites. Estos últimos aplíquelos con un algodón en forma circular y sin frotar. Son perfectos para eliminar el lápiz labial.