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Hacer deporte es fundamental para llevar una vida saludable. Además, ejercitarse regularmente  mantiene el cuerpo tonificado y hermoso. Si queremos vernos y sentirnos bien, el ejercicio debería ser parte fundamental en nuestra rutina diaria. Sin embargo, hay que ser cuidadosas y entrenar de manera correcta para evitar lesiones u otras molestias. Aquí es donde el calentamiento hace acto de presencia.

Los ejercicios de calentamiento o estiramiento son prácticamente obligatorios antes de entrenar. Cuando vamos al gimnasio o practicamos una disciplina deportiva sometemos al cuerpo a un esfuerzo máximo. Prepararlo para lo que viene es el objetivo de “calentar”. Omitir este paso puede traernos consecuencias negativas.

El primer afectado de obviar el calentamiento es el corazón. Si vamos directo a la acción (por ejemplo, levantar pesas o salir a correr) el sistema cardiovascular se estresa. Esto podría causar un shock y pequeños daños si se convierte en un hábito. También, las articulaciones y los músculos “fríos” se recienten al esfuerzo brusco y pueden sufrir torceduras, lesiones e incluso fracturas.

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Realizar estiramientos o calentar relaja el cuerpo, eleva el flujo de la sangre, así como los nutrientes de los músculos y cartílagos. Posteriormente, la musculatura se adaptará con mayor facilidad a los movimientos y esfuerzos que se realicen. Incluso, se estimula la flexibilidad y hace que el rendimiento atlético sea mayor.

Pasar de cero a cien al entrenar es incorrecto y perjudicial. Por tanto, es muy importante realizar un buen calentamiento previo. ¿Cómo hacerlo? Es muy sencillo.  Estos ejercicios deben ser lentos, suaves, ejercer presión y deben prolongarse de 15 a 30 minutos. Lo ideal es que estén relacionados con el deporte o entrenamiento que efectuarás después.

En general, calentar se enfocará en elevar paulatinamente la frecuencia cardíaca. De esta forma llegará más sangre a los músculos y se elevará la temperatura del cuerpo. Los  ejercicios tienen que “estirar” los músculos para que se preparen los tendones y los ligamentos. Pueden realizarse de forma estática estirando brazos, piernas, cintura, caderas, cuello, muñecas con movimientos suaves, pero firmes y que ejerzan presión.

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Luego, hay que realizar un calentamiento específico. Es decir, según la disciplina que realizarás. Si por ejemplo, es correr, estarán dirigidos a las piernas y se deberás realizar movimientos más rápidos. Saltar un poco, caminar a paso moderado, realizar sentadillas, etc. La idea es calentar los músculos que estarán más involucrados en el ejercicio posterior.

No está de más recurrir a un entrenador deportivo para que elabore una rutina de calentamiento adaptada a tus necesidades y así trabajes adecuadamente. Igualmente, realizar estiramientos al terminar la jornada de entrenamiento será de gran beneficio. Así se evitan los dolores musculares y el cuerpo se relaja tras la actividad intensa que  realizaste.

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